En el siglo XX, el socialismo real pretendía instaurar una sociedad sin mercados donde la persona se reducía a mera materia socialmente reproducible. Ahora, en la tercera década del siglo XXI, el liberalismo tecnicista propugna un mercado sin sociedad. Para esta visión materialista y tecnicista la capacidad de transformación de la realidad por el ser humano no tiene límites. Dicho en otras palabras, la libertad humana no tiene límites. Es pura voluntad de poder ilimitado. Lo cual plantea el siguiente dilema: si el socialismo real, al negar la capacidad fabril de la persona, destruye lo social, ¿no destruirá el liberalismo tecnicista con su negación de los principios metafísicos de la libertad, la libertad individual misma?
En estas páginas, Javier Aranzadi presenta una propuesta filosófica, un mapa filosófico, que cartografía todas las notas de realidad propias de la existencia humana. En una situación donde no se quiere poner límites o no se habla de restricciones es muy difícil el cambio. Para dar sentido a la vida, se debe empezar por definir la situación vital. Vivir en la indeterminación lleva la inanición. El tiempo de acción no es infinito, no es ilimitado, pero sí permite muchas posibilidades. Se nos abre un horizonte de posibilidades en términos antropológicos, éticos y metafísicos cuyo contenido es el desarrollo integral de la persona.
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