Unión Editorial reedita un clásico que cambió la visión de toda una generación de intelectuales a propósito del modo en que la envidia se filtra en nuestra mirada para acabar permeando en las relaciones sociales, económicas, culturales y afectivas que mantenemos.
En todo tiempo y lugar, los hombres han sabido que el sentimiento de la envidia es uno de los problemas fundamentales de su existencia. La envidia es ciertamente un sentimiento destructor, tanto en la vida de los individuos como en la de las sociedades, sobre todo cuando, de manera expresa o tácita, se constituye en punto de apoyo de una política social. Pero la envidia es también la gran reguladora de las relaciones interhumanas. El temor al envidioso ejerce un efecto represivo y moderador sobre innumerables acciones de los hombres. La envidia no es sólo un fenómeno universal e inerradicable, sino también uno de los elementos que hacen posible la convivencia social.
La historia de la civilización -dice el autor- es el resultado de innumerables derrotas de la envidia, es decir de los envidiosos. Pero también lo es de la positiva utilización del enorme potencial que representa: “De la justa apreciación de la envidia, de la recta comprensión de su omnipresencia y tenacidad, depende hasta qué grado sabrá imponerse la razón en la legislación de cada uno de los países democráticos, en las relaciones internacionales y en los llamados ‘países en vías de desarrollo’.”
Este libro no se limita a estudiar el sentimiento de la envidia en su dimensión psicológica y social. La envidia es una de las categorías antropológicas fundamentales del comportamiento humano, el cual está regulado precisamente y sobre todo por una serie de instituciones destinadas a evitar la envidia. Considerada como fuente de control social, sobre ella puede construirse -tal es la tarea de este libro- toda una teoría general de la sociedad.
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