La segunda muerte de Bolívar… no es un libro escrito especialmente para intelectuales de talla mundial, ni para ganadores del Premio Nobel de Economía, ni para empresarios de gran trayectoria. Este es un libro escrito para los millones de venezolanos que han visto y, peor aún, que han vivido la conocida expresión: “los salarios suben por la escalera mientras que los precios suben por el ascensor”. A pesar de que aquí escriben Arturo Uslar Pietri (máxima expresión del venezolano del siglo XX), Gary Becker (Premio Nobel de Economía 1992) y Rafael Alfonzo Hernández (industrial de enorme prestigio), La Segunda Muerte de Bolívar… y el Renacer de Venezuela está dirigido a todos los venezolanos que hemos sufrido en carne propia los efectos perversos de la inflación: el impuesto más diabólico jamás creado por los gobiernos.
Venezuela está enfrentando la crisis más grande de toda su historia republicana. Aún peor, esta crisis no es una sola sino más bien la convergencia de una serie de crisis de índole económico-político-social, con repercusiones educativas y hasta ecológicas. En el trasfondo de esta grave crisis se encuentra, cual indicador de la temperatura, una incontrolable inflación que nos recuerda que la calentura nacional sigue sin mejorar. Mientras que los salarios suben a duras penas por la escalera, los precios ascienden rápidamente por ascensor. La inflación es, sin lugar a dudas, un impuesto diabólico. ¡Y conocemos el causante: el diablo, perdón, los malos gobiernos!
Se dice que es imposible tapar el sol con un dedo. En Venezuela es imposible esconder el enorme deterioro que han sufrido los bolsillos de los venezolanos desde que se inició el proceso de alta inflación hace varios años. Los ingresos reales de la población no sólo se han estancado, sino que han retrocedido a los niveles de hace medio siglo atrás. ¿Cómo es posible que un venezolano hoy tenga una remuneración equivalente al de otro hace medio siglo antes? ¿Qué ha pasado? ¡Medio siglo de desarrollo perdido! ¿Cómo una de las naciones con las mejores perspectivas del hemisferio occidental ha podido caer tan bajo?
Es tiempo de considerar medidas drásticas en tiempos de crisis, y la dolarización permitiría la estabilización de la economía y sentaría las bases para su reconstrucción y crecimiento. La dolarización es mucho más que usar el dólar, es garantizar el derecho de propiedad de los ciudadanos, es democratizar la moneda, es permitir la libertad cambiaria. La dolarización es patriótica, es soberana y es hasta bolivariana. Simplemente preguntemos a la gente: ¿prefieren ganar en dólares o en bolívares? La realidad es que el dólar es fuerte y el bolívar es débil, especialmente cuando los políticos manejan la moneda como en Venezuela. ¡Ojala pudiéramos preguntarle al propio Bolívar su opinión sobre el supuesto Bolívar Fuerte!
¡Venezuela y Bolívar merecen que limpiemos el nombre de la moneda para que el Libertador pueda descansar finalmente en paz! Ha llegado la hora de avanzar como un país moderno dentro de un mundo globalizado. Yo tengo esperanza que tomaremos las decisiones acertadas: dejemos atrás La Segunda Muerte de Bolívar y avancemos finalmente hacia… El Renacer de Venezuela.
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