Introducción de Juan Pablo Maldonado Montoya
Aun cuando a veces se condenan ciertos «excesos» del poder sindical, la opinión pública suele mantener frente a él una actitud favorable por considerar que es un importante instrumento de canalización de parte de la renta percibida por los ricos hacia los pobres y un arma para paliar el supuesto desamparo de los trabajadores en sus negociaciones laborales con los patronos.
En realidad, como demuestra el presente ensayo del profesor Hutt, la amenaza de interrumpir el proceso productivo mediante la retirada masiva de la mano de obra (amparada en la violencia) no puede tener consecuencias redistributivas de carácter general, sino que más bien reduce fuertemente la corriente salarial, agrava las desigualdades de renta, fomenta el paro y la inflación. Los únicos beneficiarios del sistema, aparte una élite privilegiada de trabajadores, son las jerarquías sindicales y los políticos, a quienes la pobreza ofrece la mejor plataforma para su triunfo personal.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.