«Bajo el dios Augusto lo que se podía escribir no era aún fuente de peligro, pero sí de problemas». La cita de la obra de Séneca, tomada de De beneficiis, sirve de frontispicio a los autores para expresar las circunstancias y dificultades de libertad académica e historiográfica que encuentran muchos historiadores en España ante la firme vigilancia de los guardianes parciales de lo políticamente correcto. Que no se le ocurra a un doctorando o aspirante a una plaza de profesor hacer una investigación de historia que contradiga los lugares comunes de un departamento dominado por los guardianes del sectario espíritu de la Ley de Memoria Histórica. Incluso historiadores consagrados por una dilatada obra y reconocimiento profesional tienen buen cuidado en no molestar con sus publicaciones, con su versión de los hechos, a los “gurús” mediáticos de izquierdas, no sea que caiga sobre ellos la calificación de revisionistas, neoliberales, conservadores, neofranquistas, antidemócratas o reaccionarios. O lo que es peor aún: el silencio del ostracismo.
Cinco historiadores, Guillermo Gortázar, Antonio Manuel Moral Roncal, José Manuel Cuenca Toribio, Alfonso Bullón de Mendoza y Pedro Carlos González Cuevas, con una dilatada experiencia profesional, abordan un amplio recorrido de vivencias y análisis de libros publicados en los últimos años en los que se aportan otras visiones y se pone en evidencia la vigilancia de los guardianes parciales de la Historia.
Este libro pretende responder a una cierta hegemonía del pensamiento único universitario de izquierdas, muy influyente en la enseñanza media y universitaria. Con los puntos de vista de los nuevos guardianes de la historia, no es de extrañar que haya numerosos manuales y libros escolares de historia que justifiquen gobiernos dictatoriales o que líderes políticos populistas y de izquierdas, con amplio apoyo parlamentario, hagan protestas en favor de la guillotina de Robespierre o de los crímenes de Lenin.
Los autores no pretenden imponer otra visión parcial de la historia, ni parecer guardianes alternativos. Reivindicar la libertad de cátedra, la capacidad de revisar versiones o interpretaciones, con rigor y con nueva información o documentación, es la esencia del oficio de historiador desde Herodoto. Muchos historiadores y lectores interesados en la Historia encontrarán en este libro argumentos y vivencias más inclinados del lado del rigor, de la verdad y de la libertad, que del lado de la beatería idealista de la II República, de la Guerra Civil y sus consecuencias.
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