Prólogo de Javier Milei
Esta obra constituye un valioso y oportuno aporte tanto para nuestro conocimiento como para el debate sobre cómo no combatir a la inflación. A pesar de los ejemplos que brinda la historia, muchos gobiernos y funcionarios públicos sostienen que el control de precios es una medida efectiva para controlar la inflación. En consecuencia, ponen en práctica políticas monetarias y fiscales que llevan a la inflación, convencidos de que lo inevitable no sucederá. Así, cuando lo inevitable sucede, la política económica fracasa y las esperanzas se desvanecen. Los errores se multiplican y la confianza en los gobiernos que implementaron las medidas colapsa, lo cual termina empujando a la sociedad a situaciones verdaderamente indeseables. Más allá de sus efectos económicos, las pautas oficiales amenazan el consenso de valores compartidos por la comunidad, el cual constituye la base moral de una sociedad libre.
En definitiva, las políticas de controles de precios son dañosas porque no sólo pospone en el tiempo las medidas efectivas para controlar la inflación, desorganiza la producción y la distribución, sino que además crean una fuerte división social y fomentan la puesta en marcha de restricciones que amenazan a la libertad política de los individuos.
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