La labor -crucial- de Menger en la historia del pensamiento económico se desarrolló en una doble vertiente. Por un lado, en el enfoque subjetivista e individualista -el individualismo metodológico- de la teoría del valor y de los precios y, en general, de las diversas categorías económicas. Fruto de este enfoque fueron sus Principios de Economía Política que, junto con la Theory of Political Economy de Jevons (Walras vino más tarde), constituyeron el arranque de lo que se ha dado en llamar la revolución marginalista en teoría económica. La otra gran aportación de Menger fue su defensa de la teoría frente a las dominantes corrientes positivistas e historicistas. Su lúcida participación en la gran polémica sobre el método -la Methodenstreit– se concretó en uno de los más sugestivos libros sobre metodología de las ciencias sociales, sus famosas Untersuchungen.
En palabras de Hayek, para los historiadores resulta incuestionable que la posición poco menos que excepcional alcanzada por la Escuela Austriaca en el proceso del desarrollo de la Economía política se debe casi en su totalidad a los fundamentos sobre los que la asentó este gran economista, aunque la fama de la Escuela cara al exterior y el desarrollo de algunas partes esenciales del sistema se debieran a sus brillantes seguidores como Eugen von Böhm-Waberk, Friedrich von Wieser, Ludwig von Mises [y el propio Hayek]. En relación concretamente con la presente obra, Knut Wicksell no dudó en afirmar que «desde los Principios de Ricardo ninguna obra ha tenido tan gran influencia sobre el desarrollo de la ciencia económica como los Principios de Menger».
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